miércoles, 16 de octubre de 2013

Espejitos de colores en la Oficina Publica Saludable

Espejitos de colores en la oficina



Por | LA NACION
 
Hace pocas semanas tuvo un fugaz paso por las salas de cine una comedia liviana, convencional, que nunca podrá llegar a aspirar a un Oscar, a menos que el imperio de Hollywood haya caído en una catastrófica decadencia. Su título en español es Aprendices fuera de línea y la mayor virtud es la trama y el planteo, vinculado a las relaciones de trabajo, la búsqueda de empleo y las nuevas formas de presentación de las empresas. Todo esto, muy particularmente en Estados Unidos, que suele servir de modelo.
Se trata de dos personajes principales, cuarentones ellos, que se quedan sin su trabajo de vendedores en una empresa de relojes cuyo patrón decide cerrar e irse a vivir a Miami. En la búsqueda de otros medios de subsistencia, Billy y Nick se encuentran con un reclutamiento masivo que ofrece Google en su Casa Central de San Francisco. La primera entrevista se hace por videoconferencia y luego de una discusión del comité de ingresos, se decide aceptarlos en nombre de la diversidad. Eran señores mayores, diferentes de los jóvenes veinteañeros de la comunidad a captar.
 
 
Al llegar al extraño mundo de la empresa informática, Nick lo define muy bien: "Imagina el mejor parque de diversiones al que fuiste de niño. Ahora imagina un lugar un millón de veces mejor". Las sorpresas continúan al comprobar que los alimentos son gratis, es posible comer todo lo que se desee, hay nichos confortables para dormir una siesta y más sorprendente aún es su incorporación al grupo de jóvenes, a quienes le doblan la edad. "Son unos ancianos" los define uno de éstos.
El estar fuera de época se hace más evidente cuando necesitan conformar equipos que deben competir entre sí para obtener un empleo estable en Google. Rodeados de nerds, geeks o friks, quedan desolados al comprobar que se encuentran en un mundo que no entienden. La competencia entre los equipos es feroz, incluyendo problemas informáticos y juegos deportivos basados en la saga de Harry Potter, absolutamente diferentes del clásico béisbol o fútbol americano. El momento culminante es cuando los veteranos sacan a sus compañeros a conocer el mundo real: un cabaret, una riña, algo de alcohol o un amanecer sobre la bahía de San Francisco.
El multifacético mundo Google es atractivo como lo es Disney World, pero si rascamos sobre la superficie encontraremos costumbres y estructuras organizacionales que se mantienen intactas. La arenga inicial del jefe del Programa de reclutamiento tiene el mismo tono y estilo del general Patton en la Segunda Guerra Mundial. Competir y destruir a los otros es un valor esencial. La selección de candidatos se hace sobre la base del prestigio de las universidades a las que han concurrido cuyo acceso está muy restringido a un pequeño segmento de la población.
 
 
 
Tomar una siesta en el lugar de trabajo no tiene otro objeto que incrementar el rendimiento, quizás hasta altas horas de la noche. El establecimiento de un idioma propio y la identificación de cada "googler" como miembro de una comunidad exclusiva recuerdan a la moda que se impuso de pasar a llamar "colaboradores" a todos los empleados. Obviamente, una empresa que brinde confort, juegos, descansos y buenos sueldos es una etapa superior de aquellas otras, tradicionales, que consideran el trabajo como un castigo bíblico al que hay que someterse, en oficinas y talleres oscuros. Se ha avanzado, pero queda pendiente modificar las relaciones de trabajo más allá de los espejitos de colores..
 
Fuente:http://www.lanacion.com.ar/1628624-espejitos-de-colores-en-la-oficina

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