martes, 7 de abril de 2015

Cómo salir adelante cuando todo sale mal en la Oficina Publica Saludable

 Cómo salir adelante cuando todo sale mal


¿No pega una?

Cómo salir adelante cuando todo sale mal

Los aprendizajes, las personas queridas, su trabajo, su mascota, su salud, su capacidad de esfuerzo, sus bienes materiales... ¿todo le fue dado o es la consecuencia de una conquista personal? Si le cuesta mirar el medio vaso lleno o no encuentra razones para sentirse agradecido, estas líneas son para usted.
“Siempre que llovió, paró”, “No hay mal que dure cien años (ni cristiano que lo aguante)”, “No hay mal que por bien no venga”... ¿Cuántos refranes de este tipo conoce? Aunque los repetimos automáticamente, cuando todo parece cuesta abajo no solemos detenernos a pensar cuánta verdad encierran.
En los momentos en que todo parece salir mal se nos pide cierto esfuerzo para tener presentes las bendiciones que nos pasan desapercibidas. El cuerpo y la mente están en tensión, la atención se focaliza en aquello que no funciona y todo lo demás sigue su curso... Justamente, es la oportunidad para usar nuestros recursos para salir a flote.
La capacidad que cada uno desarrolle para manejar las tormentas es la que medirá cuán felices somos. Porque la felicidad no es la ausencia de problemas sino la habilidad para manejarlos. En esta sintonía es que quiero compartir seis cosas para recordar cuando todo sale mal. Aplicarlas en el momento apropiado le permitirá un oasis en el conflicto, lo ayudará a agarrarse del salvavidas a tiempo, le permitirá renovar las fuerzas para encontrar salidas originales y exitosas.

Las 6 cosas para recordar

1. El dolor es parte de crecer.

A veces la vida cierra algunas puertas porque es el momento de salir de alguna situación de la que no nos moveríamos a menos que las circunstancias nos obligaran. Cuando atraviese por una etapa difícil recuerde que ningún dolor viene sin un propósito: cada experiencia enseña algo. Tener que esforzarse un poco más, atravesar una crisis, luchar por algo que considera que vale la pena o simplemente sufrir una pérdida, representa una experiencia vital. En cualquier caso, siempre habrá dos tipos de dolor: el que sólo duele y el que nos cambia. No se resista cuando el dolor se presenta. Es parte de la vida. Acéptelo de a poco. Descubra cuál es el sentido. Preguntarse “por qué” es una pérdida de tiempo: nos pasan cosas simplemente porque estamos vivos.

2. Todo en la vida es temporario.

Los malos momentos no durarán para siempre porque nada es eterno. Si ahora las cosas están bien, disfrute, porque más adelante vendrán momentos no tan buenos. Y si las cosas están mal, no se preocupe porque tampoco durarán eternamente. En vez de lamentarse, ocúpese y tenga presente que ya pasará.

3. La preocupación y la queja no cambian nada.

¿Saben quiénes logran menos cosas? Los que viven quejándose por todo. La verdadera felicidad comienza cuando dejamos de refunfuñar por los problemas que tenemos y comenzamos a ser agradecidos por todos aquellos otros problemas que no tenemos. Si algo no le gusta, siempre será más efectivo animarse a cambiar, insistir en aquello que cree, construir el futuro que desea a partir de un presente de búsqueda y acción que estancarse en la preocupación y el lamento. Revise los pensamientos que tiene a diario. ¿Lo ayudan a crecer o lo paralizan? Gastar el presente quejándose del pasado no hará que su futuro sea mejor.

4. Las cicatrices son marcas de fuerza.

Una cicatriz es la señal de un dolor que pasó, una herida que cerró. Es la huella de la conquista del dolor, de una lección que lo dejó más fuerte y sabio para seguir adelante. Tal como sucede en las marcas de la piel, no puede hacer que una cicatriz emocional desaparezca, pero sí puede cambiar la manera en que la ve. En lugar de tenerlas presentes como señales de dolor, conviértalas en señales de fuerza. ¿Cuáles son las cicatrices que le fue dejando vivir? ¿Qué aprendió de cada una de ellas?

5. La negatividad de los demás no es su problema.

Por sobre todo, sea positivo cuando lo negativo lo rodea. No deje que el resentimiento de otra persona cambie quien es usted. Deje de tomar todas las cosas como algo personal, aunque a veces así lo parezcan. Tome distancia y piense. Pocas veces las personas hacen cosas por usted... en realidad cada uno de nosotros hacemos las cosas por nosotros mismos. Evite cambiar sólo para impresionar a alguien que dice que usted no vale lo suficiente. Las personas hablarán de todos modos, sin importar lo que usted haga o cuán bien lo hace. Poner el foco en uno mismo en vez de en los demás ayuda a concentrar la energía, indispensable durante los conflictos. Su oportunidad de vivir es ésta: haga con ella lo que lo hace sentir pleno y permanezca con quienes lo acompañan en ese camino.

6. El mejor camino siempre queda hacia adelante.

No tenga miedo de levantarse, de intentar de nuevo, de amar de nuevo, de vivir de nuevo, de cambiar de nuevo. A veces, las mejores lecciones de la vida se aprenden en los peores momentos y de los mayores errores. Habrá momentos en que sentirá que todo lo que podía salir mal está saliendo mal. Cuando sienta que quiere abandonar, recuerde que a veces las cosas tienen que salir muy mal antes de que salgan bien. Relájese ante aquello que no puede cambiar. Cambie aquello que sí puede. Viva con simpleza. Ame generosamente. Hable con la verdad. Trabaje con dedicación y siga adelante. Continúe creciendo.

Lista de cosas para hacer cada mañana:

1. Piense en positivo.
2. Coma saludablemente.
3. Haga ejercicio.
4. Preocúpese menos.
5. Trabaje.
6. Ríase mucho.
7. Duerma bien.
Repita la rutina a diario y tenga presente estas claves cuando el vaso esté medio vacío.


 ¡Éxitos! ¡Hasta la próxima!


Fuente:http://www.drcormillot.com/vivirmejor/

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