La ex CEO de una agencia de publicidad me comentó una vez que la compañía que dirigía no permitía tomar mate, pero ella lo tomaba igual aunque nadie más se animaba.
En los call center era común (y en muchos lo sigue siendo) la prohibición de tomar mate bajo el argumento que es “asqueroso” escuchar el ruidito de sorber. Otros ámbitos, como el universitario, también prohíben el ritual por considerarlo “muy informal” para el claustro académico.
Hace unos años, me reuní con un ejecutivo de una multinacional con foco en innovación en Puerto Madero y para mi sorpresa, apareció en la sala de reunión con el mate bajo el brazo (bueno, el termo). A partir de ahí empecé a tomar mate en Officenet, hasta que se convirtió en una costumbre en la empresa (hasta en el video más visto sobre la vida en la empresa, con la famosa frase “matizar con un mate”).
¿Qué tiene que ver el mate con el Management? Mucho, no por el mate en sí, sino porque permitir o no esta costumbre tan argentina dice mucho acerca de la flexibilidad de una compañía y mas precisamente, del clima laboral.
Cuando entrevisto a candidatos para la compañía suelen preguntarme: “¿Cómo es el clima?” y yo contesto: “Hay aire acondicionado, pero toma sus propias decisiones”…. Fuera del chiste (del que se ríen solo por respeto creo), me pregunto: ¿Cuándo un gerente o un reclutador va a contestar la verdad brutal acerca del clima laboral en una empresa?
Hoy en día -más que nunca antes- es un requisito de las nuevas generaciones saber realmente cómo se trabaja en una empresa. El entorno puede hacer que un empleado se quede o deje una compañía.
Si ante la pregunta: “¿Cuál es el clima de la empresa?” la respuesta es siempre la misma: “El clima es genial, cuidamos a la gente”, la pregunta se vuelve innecesaria, o porque la respuesta es obvia o porque la costumbre es mentir diciendo lo que el que pregunta quiere escuchar.
Entonces: ¿Cómo entender mejor el clima de una empresa? Simplemente mirando, observando lo que pasa en verdad. Decir lo que se supone que hay que decir del clima de una compañía puede quedar desacreditado de manera inmediata si la realidad dicta que: “Para hablar con tu jefe vas a tener que pedir turno y si te grita aguantate”,  “Los sueldos los pagamos cuando hay dinero; bajan las ventas y bajamos la cantidad de gente”,  “ah, pero tenemos un descuento del 20% en el gimnasio”.
Volviendo la cuestión del mate. ¿Qué podemos inferir de ver en acción a una compañía donde se permite tomar mate? Me permito algunas inferencias posibles:
  • Apuestan a la socialización: saben que permitir un ritual como el mate puede contribuir a un mayor encuentro e intercambio entre los empleados que mejore sustancialmente el clima laboral.
  • Toman riesgos basados en la confianza: son conscientes de que de las connotaciones negativas que pueda tener permitir una práctica como el mate (ruidos molestos, distracción, informalidad) pero confían en el criterio de sus empleados (por lo tanto fomentan la confianza) y saben que las valores de la compañía son mucho más sólidos y efectivas que la regla de permitir o no una costumbre como el mate.
  • Entienden cómo mejorar la productividad: son compañías conscientes de que los breaks son una forma de que el rendimiento mejore. Cuando el cerebro y la atención descansan unos minutos del trabajo un para de veces al día  –mejor aún con la compañía de una infusión como café, mate o té- está comprobado que se contribuye a mayores niveles de productividad al retomar las tareas.
¿Qué otros símbolos podemos descubrir, a simple vista, al visitar una empresa? ¿Vale empujar artificialmente estas decisiones con la esperanza de la que cultura cambie? ¿En otras palabras, la cultura de la empresa permite el mate o el mate define a la cultura?

Fuente:https://www.linkedin.com/pulse/dulce-o-amargo-leo-piccioli