miércoles, 12 de agosto de 2015

Fumar complica la visión (y la diabetes, ni hablar)en la Oficina Publica Saludable



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Fumar complica la visión (y la diabetes, ni hablar)

Hasta los propios fumadores saben que el hábito de fumar es tremendamente perjudicial y podrían incluso citar las formas específicas en que daña al organismo, desde cáncer de pulmón a enfermedades cardiovasculares. Ellos sufren a diario sus consecuencias: tos, flema, falta de aire, mal aliento… Lo que no es tan obvio, tanto para los no fumadores como para los que no fuman, es el daño que el tabaco le hace específicamente a los ojos, ya que puede llegar a reducir la visión o hasta causar ceguera.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (JuntosBien). Evitar el cáncer de pulmón, las patologías cardiovasculares o la temida EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) no son los únicos motivos para no fumar. Este hábito nocivo también incrementa el riesgo de sufrir afecciones oculares, como las cataratas y la degeneración macular asociada a la edad.
El 86% de la población adulta desconoce que fumar también está asociado a un incremento del riesgo de sufrir alteraciones oculares: es la conclusión de un estudio realizado en 367 pacientes de 56 años, y presentado en el 16to. Congreso de Wonca Europa, celebrado en Málaga (España), un trabajo que desnudó el desconocimiento de los efectos perjudiciales del hábito tabáquico sobre la salud visual.
fumar
Las sustancias tóxicas derivadas de la inhalación del humo del tabaco se acumulan en todo el cuerpo y, mediante el sistema circulatorio, llegan a los ojos. De la misma manera que afectan al sistema vascular del organismo, también alteran el riego sanguíneo ocular.
Está demostrado que acelera el proceso de envejecimiento celular y agrava las distintas enfermedades atribuibles al paso de los años, sobre todo, las cataratas y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Sin embargo, aunque el 46% de los pacientes encuestados era fumador, los resultados ponen en evidencia que hasta un 78% desconocía esta relación con las cataratas y un 62%, su relación con la DMAE.
Fumar no sólo afecta a los globos oculares, también afecta a lo que los rodea. Así, los ojos amarillos y las bolsas en los ojos son dos consecuencias de fumar muy comunes. Veamos por qué ocurren. Los ojos amarillos en los fumadores
pueden estar provocados por la acción del humo sobre el cristalino, ya que el humo del tabaco daña los elementos del ojo que se encargan de mantener su transparencia. Por otro lado, los ojos amarillos pueden ser indicadores de una afección más grave, a su vez consecuencia del tabaquismo, como problemas en el páncreas, en el hígado o incluso cáncer.
Las bolsas en los ojos tienen una explicación curiosa: la nicotina que se libera en el organismo de los fumadores durante la noche hace que su calidad del sueño sea peor, por lo que suelen mostrar esas bolsas en los ojos tan características.
globo ocularUn estudio realizado en Turquía, mostró que fumar daña la vista de manera muy parecida a lo que ocurre en las primeras etapas del glaucoma, una condición que causa daño progresivo del nervio óptico y que es la segunda causa de la ceguera en el mundo. Para llegar a esta conclusión, los investigadores evaluaron los efectos causados por el tabaco en la capa fibrosa del nervio de la retina (RNFL, por sus siglas en inglés) que se encarga de reunir los impulsos visuales de los fotorreceptores (los conos y los bastones) y de las células ganglionales en la retina y luego de enviar esos impulsos al nervio óptico.
En el estudio participaron un total de 88 adultos entre los 20 y los 50 años de edad. De ellos, 44 habían fumado al menos una caja de cigarrillos al día durante más de 10 años, y los 44 restantes nunca habían fumado. Todos los participantes gozaban de buena salud, y entre un grupo y otro no se encontraron diferencias significativas en cuanto a la distribución entre edad y sexo, errores de refracción (como la miopía, la hipermetropía, la presbicia y el astigmatismo) y la presión ocular. Al examinarles las retinas se detectó que el grosor promedio del RNFL en el grupo de fumadores era mucho más delgado que entre los no fumadores. La disminución del grosor del RNFL se asocia con enfermedades visuales como el glaucoma y la retinitis pigmentaria, ocasionando puntos ciegos en el campo visual, pérdida de la visión periférica e incluso, ceguera.
Además, el glaucoma, la retinitis pigmentaria y el afinamiento del RNFL no son las únicas posibles consecuencias negativas para tu vista. Si continúas fumando, aquí tienes una lista de lo que podrían sufrir tus ojos:
ojo con el ojo
1. Degeneración macular: la mácula, una parte de la retina (el tejido sensible a la luz en la parte posterior del ojo), se ve afectada por el cigarrillo ya que sus células se deterioran debido al proceso de oxidación. Por otra parte, las sustancias químicas y tóxicas contenidas en el cigarrillo interfieren con flujo de sangre que llega a la retina, situada en la parte posterior del ojo. Cuando la mácula se daña, la persona no puede ver con claridad los objetos, que le parecen borrosos y distorsionados, y se le dificulta además la capacidad de distinguir los colores. Los fumadores tienen un riesgo tres a cuatro veces mayor que los no fumadores de desarrollar esta condición. Es más, los no fumadores expuestos con frecuencia al humo de segunda mano, también tienen un riesgo mayor que las personas que no fuman.
2. Cataratas: éstas ocurren cuando el cristalino (o córnea) del ojo se vuelve opaco (en un ojo normal el cristalino es casi transparente y puede cambiar de forma para enfocar adecuadamente los objetos). El hábito de fumar aumenta el riesgo de desarrollarlas, ya que afecta a las células del cristalino mediante el proceso de oxidación y hace que los metales pesados como el cadmio se acumulen en éste. Los expertos han encontrado una correlación directa entre el desarrollo de las cataratas y la cantidad de cigarrillos que se fuman a diario. Mientras más se fume, mayor es el riesgo. Por ejemplo, las personas que fuman menos de 15 cigarrillos al día tienen un riesgo dos veces mayor de desarrollar cataratas que los no fumadores, pero quienes fuman 15 cigarrillos o más al día tienen un riesgo hasta tres veces mayor.
3. Retinopatia diabética: es una de las complicaciones de la diabetes y una de las causas principales de la pérdida de la visión, ya sea parcial o total. Ocurre cuando la diabetes daña los delicados vasos sanguíneos de la retina, que se rompen, dejan escapar sangre o se bloquean, lo que comienza a afectar la visión con el paso del tiempo. Fumar no es sólo uno de los factores de riesgo para desarrollar diabetes, sino que hace mucho más difícil controlarla y por lo tanto, sus complicaciones se vuelven más serias.
4. Síndrome del Ojo Seco: ocurre cuando no se producen suficientes lágrimas para humedecer, limpiar y proteger los ojos que entonces se irritan, arden, se vuelven muy sensibles a la luz y se sienten como que tienen arena.
pepinos en los ojosSi todo esto no es suficiente, conviene que sepas que fumar está relacionado con daño al nervio óptico, la ambliopía y la molesta conjuntivitis.
Lo primero es proponerte seriamente dejar de fumar, y concretarlo. Las investigaciones demuestran que al hacerlo mejoran tus probabilidades de que dañes tus ojos. Existen estudios que demuestran que las personas que dejan de fumar disminuyen el riesgo de desarrollar degeneración macular en un 6.7% en 1 año, y a partir de los 5 años, el riesgo disminuye en otro 5%.
Otra pregunta: ¿Te imaginas haber disfrutado de tu capacidad visual toda la vida y perderla a causa de una enfermedad crónica? La diabetes, cuando no se controla, es uno de los grandes enemigos de tu salud visual. Pero varios estudios recientes han dado a conocer que existe poca concientización sobre este peligro.
Por eso, especialmente si eres diabético o si tienes factores de riesgo para serlo, ya sean genéticos o de otra índole, es importante que un oftalmólogo te examine la vista por lo menos una vez al año.
Según informes de la Academia Estadounidense de Oftalmología, un estudio publicado recientemente en la revista Opththalmology, realizado entre las personas de la tercera edad, reveló un hecho alarmante. De los pacientes diagnosticados con degeneración macular relacionada con la edad, el glaucoma o la diabetes, las tres cuartas partes de los que no se habían hecho un examen en cinco años eran precisamente los diabéticos… aunque las tres condiciones requieren un examen anual de la visión.
Es cierto que suele usarse la expresión “enfermedad diabética de los ojos” para referirse a los problemas visuales que pueden enfrentar los diabéticos, pero lo cierto es que no se trata de una sola condición. El término abarca varias que los diabéticos tienen más riesgos de padecer, y que pueden causar ceguera si no se atienden a tiempo. Por ejemplo:
> Retinopatía diabética. Ocurre cuando los pequeños vasos sanguíneos de los ojos se inflaman, dejando escapar líquido o cerrándose del todo, con lo que se bloquea el flujo de sangre a la retina. Afecta al 28.5 porciento de las personas de más de 40 años que padecen de diabetes. Al principio no da síntomas, pero luego puede causar cambios en el ojo, como edema macular, la causa más común de la pérdida de visión en los diabéticos. El tratamiento consiste en inyecciones y cirugía para extraer la sangre y el tejido cicatrizado ocasionado por los vasos sanguíneos anormales.
> Cataratas. Se presentan cuando el cristalino del ojo se nubla, lo que torna la visión borrosa. Las cataratas suelen ocurrir en las personas cuando envejecen; pero si eres diabético, tienes más probabilidades de que se desarrollen antes. Una vez que la catarata avanza, requiere cirugía para quitar el cristalino nublado y reemplazarlo con uno artificial, conocido como cristalino intraocular.
> Glaucoma. Esta enfermedad daña el nervio óptico y la visión periférica. La causa del daño al nervio óptico suele ser la presión elevada en el ojo. Aunque el glaucoma puede afectar a cualquier persona, los diabéticos tienen más probabilidades de padecerlo. No da síntomas notables en sus primeras etapas. El glaucoma se trata con medicamentos como gotas o mediante la cirugía, pero si no se trata, puede llevar a la ceguera.
Para controlar estos problemas de la visión a los que son más propensos los diabéticos, la Academia Estadounidense de Oftalmología recomienda a las personas que padecen de diabetes tipo 2 que se hagan un examen de dilatación de los ojos cuando se les diagnostique la enfermedad, y después uno todos los años. Los que padecen de diabetes tipo 1 deben empezar a hacerse exámenes anuales de la vista cinco años después de ser diagnosticados.
Si eres diabético, es importante que sepas la importancia de los examen de la vista regulares y que controles tu diabetes. Piensa en todo lo que puedes perder, nada menos que tu capacidad visual y la calidad de tu vida. Recuerda, controla tu diabetes, sigue las recomendaciones de tu médico y visita al oftalmólogo mínimo una vez al año.


Fuente:http://www.juntosbien.org/articulos/fumar-complica-la-vision-y-la-diabetes-ni-hablar

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