Laurent Vogel es jurista y trabaja en Bruselas como investigador en el BTS, la oficina de salud laboral de la Confederación Europea de Sindicatos. Se encarga del seguimiento de la aplicación de las directivas europeas. Pero, sobre todo, es un incansable activista de la salud laboral y un internacionalista convencido. Participa habitualmente en todo tipo de foros de debate, publica libros y elabora informes o materiales siempre interesantes, promueve y participa en proyectos transnacionales, asiste como asesor de la CES a distintas comisiones de la Unión Europea... y, además, siempre está dispuesto a echar una mano cuando se le pide. Es un buen amigo. Aprovechando su paso por España para participar en un curso de verano hemos recogido sus opiniones sobre la salud laboral en nuestro país y en el contexto europeo.
España ya está al día en legislación comunitaria sobre salud laboral. Sin embargo, los accidentes de trabajo siguen aumentando. ¿Quiere esto decir que la legislación no sirve para proteger la salud de los trabajadores?
La ley es únicamente un marco a partir del cual podrán realizarse o no actividades preventivas en las empresas y también en el conjunto de la sociedad. Creo que el problema principal en las empresas es la precarización del trabajo, ésta ejerce una presión tremenda sobre los trabajadores que, aun teniendo derechos, no tienen condiciones para exigirlos. Por otro lado, tenemos un modelo de desarrollo con alta flexibilidad y un fomento sistemático de las pymes, con una idea de que un trabajo precario es un trabajo socialmente aceptable y eso conlleva problemas desde el punto de vista de la salud. El tercer problema es el sistema público de prevención. Creo que en muchos países de Europa, no únicamente en España, la inspección de trabajo no tiene la salud laboral como prioridad central.
Hay quien dice que el aumento de la siniestralidad tiene su explicación en el crecimiento de la actividad económica...Creo que para explicar el aumento de la siniestralidad hemos de tener en cuenta algunas de las características del actual desarrollo económico. En primer lugar, la intensificación del trabajo es un factor que podemos observar en todos los países de Europa en los últimos años. Esto significa que con una cantidad igual de trabajadores y horas de trabajo se pueden dar más accidentes porque la presión temporal es muy fuerte. La reorganización en el trabajo de estos últimos años va hacia una intensificación de la presión temporal, con una relativa pérdida de las posibilidades de negociar, de tomarse el tiempo de reflexión necesaria, las pausas para pensar en lo que se está haciendo, y todo ello tiene consecuencias tremendas en todos los aspectos de la salud laboral, entre los cuales los accidentes son únicamente la parte más visible. Los dos factores combinados, intensificación del trabajo y precarización del empleo, hacen que las consecuencias sean muy peligrosas.
En estas condiciones de precariedad ¿qué futuro tiene la salud laboral?Yo creo que entre las nuevas generaciones de trabajadores hay diferentes exigencias hacia el trabajo que pueden integrar también las exigencias de salud laboral. Eso es una de las consecuencias contradictorias de la precarización. Por una parte ya sabes que no puedes confiar en la empresa, que no vas a trabajar toda tu vida para una misma empresa con un salario suficiente. Eso produce un debilitamiento de los mecanismos de resistencia, que es la parte negativa, pero también crea una distancia crítica hacia la empresa. En esta situación es mucho más difícil que el trabajador comparta la ideología de la empresa, la ideología patronal. No te identificas para nada con la empresa y eso puede ser un factor muy positivo. Hay unos objetivos de la empresa, pero yo tengo otros intereses. La dificultad, el reto para los sindicatos es convertir esa distancia, esa desconfianza que se puede observar entre muchos jóvenes trabajadores, en fuerza colectiva de exigencia.
¿Y cómo ves en general la actitud de los gobiernos europeos respecto a la salud laboral?Es algo muy contradictorio aunque en apariencia sí consideran la prevención como una prioridad. Pero, para empezar, los Gobiernos hablan mucho de salud laboral mientras que al mismo tiempo en el sector público no respetan la ley. Por una parte el Estado como fuerza política dice queremos salud laboral, pero como empresario no aplica políticas de prevención para sus trabajadores.
En muchos países hay campañas de información pero el problema es que la salud laboral se plantea no como un objetivo independiente sino como factor de competitividad, como elemento para lograr un clima de consenso en la empresa. En la Unión Europea, muchas veces te dicen que la salud laboral es importante también porque podría aumentar la competitividad de las empresas, porque se puede hacer una análisis coste/beneficio que demuestra que las actividades preventivas aportan más ganancias a las empresas. Este es un discurso peligroso pues aunque afirma la importancia de la prevención, la integra en una lógica económica que condiciona la acción preventiva. Entonces, o no se hace nada o sólo se hace aquello que puede traducirse directamente en resultados económicos, por ejemplo, lo que puede reducir el absentismo o evitar los accidentes muy costosos.
En muchos países hay campañas de información pero el problema es que la salud laboral se plantea no como un objetivo independiente sino como factor de competitividad, como elemento para lograr un clima de consenso en la empresa. En la Unión Europea, muchas veces te dicen que la salud laboral es importante también porque podría aumentar la competitividad de las empresas, porque se puede hacer una análisis coste/beneficio que demuestra que las actividades preventivas aportan más ganancias a las empresas. Este es un discurso peligroso pues aunque afirma la importancia de la prevención, la integra en una lógica económica que condiciona la acción preventiva. Entonces, o no se hace nada o sólo se hace aquello que puede traducirse directamente en resultados económicos, por ejemplo, lo que puede reducir el absentismo o evitar los accidentes muy costosos.
Sin embargo desde los propios sindicatos a veces se intenta 'vender' la prevención con el argumento de que la inversión preventiva va a revertir en un beneficio para la productividad y para la marcha de la empresa...Creo que no existe una relación automática. Algunas mejoras en las condiciones de trabajo pueden conllevar ventajas desde el punto de vista del empresario, puede ser, pero en otras ocasiones no. Los sindicatos existen porque hay intereses contradictorios, no porque exista un interés común que la patronal es incapaz de percibir. El papel del sindicato no es de hacer de pedagogo de la patronal; no hay que confundir las cosas. Está la negociación en la que es lógico que se utilicen todo tipo de argumentos, incluso del tipo de 'eres mi amigo y yo estoy defendiendo tu interés en aquello que tú no entiendes que te beneficia'. Éste es un argumento normal en una negociación, es parte del juego de la negociación, pero es muy limitado. Sin embargo, la función principal del sindicato no es buscar si el interés es un interés común o no lo es. Su función es representar a un colectivo de trabajadores que tiene autonomía e independencia de intereses, que pueden coincidir en algunos puntos con el interés del empresario o ser intereses contrapuestos, como en el tema de la intensificación del trabajo. También se puede mejorar la salud de los trabajadores sin que esto tenga un impacto ni positivo ni negativo en la situación económica de la empresa.
¿Y cómo valoras el papel específico del Delegado de Prevención?Pienso que los Delegados y Delegadas de Prevención tienen una función muy importante en la empresa pero también una función crítica en el sindicato. Tienen que exigir del sindicato que cumpla con su responsabilidad hacia los delegados. Por ejemplo, que en la negociación colectiva se introduzca esta visión de la salud laboral y que el sindicato demuestre capacidad para elaborar propuestas de mejora de las condiciones de trabajo: turnos, horarios, ritmos, etc. La elección de los Delegados de Prevención es algo nuevo. Son, en muchos casos, de una nueva generación con una gran potencialidad de acción pero que se puede perder si el sindicato no hace un trabajo de apoyo sistemático. Si no ven resultados prácticos pueden desanimarse o convertirse en pequeños técnicos de la empresa pero sin relación con el colectivo que representan. En este sentido, vuestro boletín 'Por experiencia' puede ser una herramienta interesante, casi única en Europa. No hay muchos países que dispongan de publicaciones especializadas para los Delegados de Prevención, si exceptuamos los casos de Gran Bretaña e Italia, por lo que yo conozco.R. Gadea.
I. Llorens
Fuente: http://www.porexperiencia.com/articulo.asp?num=06&pag=06&titulo=Laurent-Vogel.-Activista-de-la-salud-laboral-y-experto-sindical-europeo
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