Creen un lugar inspirador con vista al
jardín. Coloquen el escritorio frente a la ventana, y el espacio de
trabajo tendrá mucho más luz. Un escritorio con un acabado envejecido
hace eco de madera encontrada fuera y una silla maciza que combine con
la luz perfectamente. Si les molestase mucho la luz, coloquen una
sombra, aquí el estilo es un verde rúsitico para que combine con el
escritorio.
Fuente: http://schonefrau.com/blog/2011/03/04/oficina-verde/
"Lo escuché y lo olvidé".
Muchas veces, nos explican historias, nos dan consejos o leemos sugerencias que nos indican como hacer, evitar, conseguir algo.
Y de esas muchas veces son más bien pocas las que se nos queda algo.
Es complicado llegar a aprehender (http://www.wordreference.com/definicion/aprehender) una información explicada de este tipo.
Una mente abierta y reflexiva recogerá la información que vaya recibiendo del exterior, tanto ficticias como reales, para extraer de cada una de ellas conocimientos que puedan serle útiles.
A alguien cerrado, o no dado a pensar, este tipo de cosas le entrarán por un oido y le saldrán por el otro. No avanzará, se estancará en sí mismo hasta vivir las cosas por sí mismo.
Así que podríamos decir que aquellos que prestan atención a las informaciones ajenas y reflexiona en ellas, tendrá que sufrir menos que una persona que adquiera esas experiencias viviendolas, puesto que se ahorrará vivirlas.
"Lo ví y lo entendí"
Es cuando vemos en acción una experiencia que nos han explicado cuando realmente entendemos que significa, que quería decir.
Un acto visto entra mucho más que escuchado, puesto que pasa la frontera de la "ficción" a la "realidad". La mente humana es realmente escéptica con las cosas que nos cuentan, suele encajonarlas como experiencias "ajenas" que nunca nos sucederán, o que no van con nosotros. Y por esto no les prestamos atención, o no reflexionamos.
Es cuando lo vemos cuando pasa a ser "Real" y por tanto, nos hace pensar en ello más de lo que haría alguien explicandonoslo.
Esto es un enfoque quizás muy concreto de esta máxima de Confucio, puesto que también podríamos verlo desde el punto de vista profesional.
Cuando debemos aprender a hacer algo nuevo, la teoría siempre resulta más difícil que la práctica, mucho más llevadera y fácil de entender.
En esencia no obstante, las bases son las mismas; La teoría de la vida la podemos saber perfectamente, pero necesitaremos muchas veces ver las cosas hechas y no dichas para saber que significan.
"Lo hice y lo aprendí"
Y finalmente, aprehendemos. Adquirimos ese conocimiento, lo asimilamos, lo absorvemos. Muy diferente a simplemente, "saberlo". Por que todos sabremos que "delante de un gorila no hay que correr", pero a la hora de la verdad, sólo unos pocos se quedarán parados. Sólo aquellos que realmente, hayan "asimilado" esa información, que seguramente serán los que hayan tratado con gorilas, no los que hayan escuchado.
Adquirir un conocimiento que nos han brindado, o bien intentar hacer algo que hemos visto, supondrá un esfuerzo para alguien que no lo haya hecho, puesto que tendrá que pasar de la "teoría" a la "práctica". Pero es en este esfuerzo donde residirá la gracia; nos costará por el simple hecho de que todavía no lo habremos asimilado. Una vez hayamos logrado hacerlo, pasará a formar parte de nosotros.
Habremos aprehendido.
Lo escuché y lo olvidé, lo ví y lo entendí, lo hice y lo aprendí
Esta frase de Confucio es sencilla de entender."Lo escuché y lo olvidé".
Muchas veces, nos explican historias, nos dan consejos o leemos sugerencias que nos indican como hacer, evitar, conseguir algo.
Y de esas muchas veces son más bien pocas las que se nos queda algo.
Es complicado llegar a aprehender (http://www.wordreference.com/definicion/aprehender) una información explicada de este tipo.
Una mente abierta y reflexiva recogerá la información que vaya recibiendo del exterior, tanto ficticias como reales, para extraer de cada una de ellas conocimientos que puedan serle útiles.
A alguien cerrado, o no dado a pensar, este tipo de cosas le entrarán por un oido y le saldrán por el otro. No avanzará, se estancará en sí mismo hasta vivir las cosas por sí mismo.
Así que podríamos decir que aquellos que prestan atención a las informaciones ajenas y reflexiona en ellas, tendrá que sufrir menos que una persona que adquiera esas experiencias viviendolas, puesto que se ahorrará vivirlas.
"Lo ví y lo entendí"
Es cuando vemos en acción una experiencia que nos han explicado cuando realmente entendemos que significa, que quería decir.
Un acto visto entra mucho más que escuchado, puesto que pasa la frontera de la "ficción" a la "realidad". La mente humana es realmente escéptica con las cosas que nos cuentan, suele encajonarlas como experiencias "ajenas" que nunca nos sucederán, o que no van con nosotros. Y por esto no les prestamos atención, o no reflexionamos.
Es cuando lo vemos cuando pasa a ser "Real" y por tanto, nos hace pensar en ello más de lo que haría alguien explicandonoslo.
Esto es un enfoque quizás muy concreto de esta máxima de Confucio, puesto que también podríamos verlo desde el punto de vista profesional.
Cuando debemos aprender a hacer algo nuevo, la teoría siempre resulta más difícil que la práctica, mucho más llevadera y fácil de entender.
En esencia no obstante, las bases son las mismas; La teoría de la vida la podemos saber perfectamente, pero necesitaremos muchas veces ver las cosas hechas y no dichas para saber que significan.
"Lo hice y lo aprendí"
Y finalmente, aprehendemos. Adquirimos ese conocimiento, lo asimilamos, lo absorvemos. Muy diferente a simplemente, "saberlo". Por que todos sabremos que "delante de un gorila no hay que correr", pero a la hora de la verdad, sólo unos pocos se quedarán parados. Sólo aquellos que realmente, hayan "asimilado" esa información, que seguramente serán los que hayan tratado con gorilas, no los que hayan escuchado.
Adquirir un conocimiento que nos han brindado, o bien intentar hacer algo que hemos visto, supondrá un esfuerzo para alguien que no lo haya hecho, puesto que tendrá que pasar de la "teoría" a la "práctica". Pero es en este esfuerzo donde residirá la gracia; nos costará por el simple hecho de que todavía no lo habremos asimilado. Una vez hayamos logrado hacerlo, pasará a formar parte de nosotros.
Habremos aprehendido.
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