Rutina
Esta es la primera imagen que aparece en San Google al buscar la palabra rutina. Y esta es la definición que podemos leer en el Diccionario de la RAE:
1. Costumbre inveterada, hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin razonarlas
2. Secuencia invariable de instrucciones que forma parte de un programa y se puede utilizar repetidamente
Desde mi punto de vista son totalmente contradictorias. Mientras que la imagen nos da un valor peyorativo, una sensación de no ser dueño de tu vida, de un círculo vicioso que nos acompaña día a día, la definición nos marca un rumbo totalmente contrario, sin darle importancia "...sin razonar", "se puede utilizar repetidamente...". En ningún momento adquiere una tonalidad triste y melancólica, que es como la define la sociedad.
Y es que podemos encontrar miles de bocas asqueando la vuelta a la rutina después de unas vacaciones o un buen fin de semana placentero, tras un tiempo de descontrol de tu ritmo o simplente cuando te das cuenta de que hay que volver a la realidad. ¿Acaso la rutina no tiene su lado bueno?. ¿No tiene su lado organizativo, de control de nuestra vida?. Siempre está bien conocer nuestros huecos libres donde cuadrar los planes que nuestra mente privilegiada quiere introducir. No podemos verlo simplemente como una secuencia de movimientos, de elementos sin sentido:
levantarse - desayunar - ir a estudiar o al trabajo - salir siempre a la
misma hora - vuelta a casa - comer - las actividades de tarde - cenar -
ver la televisión - dormir
Como si la televisión fuera la única que cambia nuestros días.
Pero al fin y al cabo nuestra rutina es una obligación. ¿Nunca os ha
pasado que os habéis apuntado a un sitio con mucha ilusión y luego por
una cosa u otra lo habéis abandonado? ¿Dónde está ahí la rutina?.
Exacto, falta el hábito, algo que se vuelve obligatorio cuando hablamos
de estudios o trabajo, algo que no podemos abandonar, algo que quizás
sea la causa de catalogar la rutina de tan despectiva forma. Es
importante formar una rutina, un hábito de nuestras ilusiones y nuestras
aficiones: ir al gimnasio, tocar un instrumento, escribir un libro,
hacer una cena, viajar...Hábitos placenteros, rutinas placenteras,
aunque choque la denominación, y alejarse de aquellas rutinas que nos
descolocan, que sólo nos hacen perder el tiempo sin darnos nada a cambio
ni tan siquiera una pequeña recomepensa de autoestima. ¿De qué sirve
tener la rutina de tocar la guitarra si te faltan las cuerdas?. La
música no suena, tu vida se apaga dentro de un círculo del que tu mente
no quiere formar parte.
Fuente:http://elcirculodelasideas.blogspot.com.ar/2011/10/rutina.html
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