Suzanne Lucas es una periodista especializada en el
área de Recursos Humanos quien, según se define, ha sido despedida de
muchas corporaciones y las ha analizado, a partir de lo cual decidió
escribir en distintos medios norteamericanos y sostener blogs referidos
al tema. Entre su textos encontramos un título que, por sí mismo, llama
la atención: Nada personal: por qué los selectores de personal no
vuelven a comunicarse con usted. Esta pregunta promete introducirnos en
un misterio que, a esta altura, parece ancestral. Alguien es citado como
postulante a una búsqueda, llega a tener una entrevista en una
consultora o en una empresa, y luego no tiene noticia alguna, aunque
intente requerir información. Es una historia sin final, luego de
despertar expectativas, ilusiones, replantearse nuevos proyectos de vida
o cuestionarse lo vivido. Todo este paquete de imaginación brota a
partir de aquella cita para conversar, es una puerta que se abre hacia
un camino desconocido, generando una inquietud que no hace bien a nadie.
Cualquier noticia sobre sus posibilidades de ingreso, aunque fuera
negativa, es menos perjudicial que la incertidumbre de no saber qué
pasó.
Luego de varios intentos de contacto con diversos
reclutadores que rehuyeron a dar explicación, Suzanne Lucas pudo
encontrar a un ex selector de personal que, curiosamente, pidió reserva
de su nombre, como si fuera a develar los secretos profundos de una
logia. El informante anónimo aporta elementos interesantes para entender
-no para justificar- aquella ausencia de información a posteriori.
Según él, la dificultad se inicia con los recortes en las áreas de
selección de Recursos Humanos, agregándole nuevas tareas, a lo que se
suma el método de medición por cantidad de días para cubrir una vacante.
No importa del puesto que se trate. Puede ser tanto un portero como un
especialista senior en tecnologías de la información. Las dificultades
de encontrar la persona adecuada son diferentes, pero el estándar
siempre es el mismo: una cantidad de días, que pueden ser alrededor de
45, desde que se aprueba el puesto hasta que el empleado es incorporado.
En el medio debe abrirse la búsqueda por distintos
medios, hacer las entrevistas, confirmar las referencias, realizar los
exámenes médicos de ingreso y, lo que es más decisivo, contar con
tiempos que ya no dependen del selector. Obviamente, quien será
responsable de la conducción del nuevo empleado debe conocerlo
personalmente antes de incorporarlo a su equipo, pero en pocos casos los
tiempos de dedicación igualan la urgencia con la que se hace la
solicitud. En otras palabras, el demandante demora la entrevista de
aprobación, argumentando que sus tiempos de trabajo no se lo permiten.
Paralelamente, el selector debe cumplir con sus plazos, para no ser
calificado negativamente.
No se ha agregado aquí una parte del proceso que es la
más importante de todas y que también requiere una dedicación especial.
Se trata del conocimiento del puesto, el contexto, los pares y las
condiciones de trabajo, información elemental a la que no siempre el
selector accede, por apuro o irresponsabilidad de las partes
involucradas. En general se presume que seleccionar personal consiste en
acertar con el corte adecuado (peceto, lomo, costillar, etcétera) en la
carnicería más próxima. Por estas cuestiones se producen los grandes
fracasos y, lo que es peor, se desatienden a quienes fueron postulantes,
una de las formas más eficaces para edificar un merecido desprestigio
en la imagen de la empresa..
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1570433-errores-frecuentes-en-el-proceso-de-seleccion
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1570433-errores-frecuentes-en-el-proceso-de-seleccion
No hay comentarios.:
Publicar un comentario