5 señales para buscar otra salida
Sepa si está malgastando su tiempo y energía en un modo de pensar que lo mantiene atrapado. Claves para salir.
Temas: Autoayuda Psicología
Puede ser algo que usted hizo o le hicieron, o una creencia sin justificación ni lógica (pero que de todos modos guía sus actitudes), o un pensamiento invasivo... Eso lo mantiene atrapado y le impide aventurarse en otras formas de encarar la vida que pueden ser más provechosas. Entonces, es hora de dar vuelta la página y comenzar a construir pensamientos que lo ayuden a evitar errores, aprender de la experiencia, disfrutar del presente y proyectarse hacia un futuro prometedor.
Las señales, una a una
1. “No soy capaz de lograrlo”.
¿Invierte mucho tiempo en este pensamiento? Sepa que no existe el momento ideal para encarar lo que uno desea, ni tampoco la persona, el grupo o el lugar ideal para lograr aquello que se proponga. Lo ideal es sólo ideal. En el camino real habrá tropiezos, idas y vueltas, errores y aciertos. Nunca estará 100% listo porque nunca se sentirá 100% completo. Y este no es el mayor problema. El problema es no aceptar la incertidumbre que esa realidad provoca.
Pregúntese, por ejemplo, qué pasaría si hoy se decide a creer que es capaz, inteligente, merecedor, fuerte... o convencerse de que lo logrará con perseverancia. Qué pasaría si elige creer que, por fin, llegó el momento de ponerse en acción y delinear los pasos para alcanzar su meta; si se decide a darse el permiso de sentir que puede lograrlo, que es capaz de construir lo que tanto desea.
Si no se anima, seguirá como hasta ahora, y eso ya lo conoce. Si se anima, se estará permitiendo combatir una creencia que no sólo lo limita sino que seguramente carezca de fundamentos. Y si los tuviera, si realmente no estuviera preparado, puede aprender aquello que le falte, hacerse de las herramientas que necesita y pedir ayuda si hiciera falta.
Pregúntese, por ejemplo, qué pasaría si hoy se decide a creer que es capaz, inteligente, merecedor, fuerte... o convencerse de que lo logrará con perseverancia. Qué pasaría si elige creer que, por fin, llegó el momento de ponerse en acción y delinear los pasos para alcanzar su meta; si se decide a darse el permiso de sentir que puede lograrlo, que es capaz de construir lo que tanto desea.
Si no se anima, seguirá como hasta ahora, y eso ya lo conoce. Si se anima, se estará permitiendo combatir una creencia que no sólo lo limita sino que seguramente carezca de fundamentos. Y si los tuviera, si realmente no estuviera preparado, puede aprender aquello que le falte, hacerse de las herramientas que necesita y pedir ayuda si hiciera falta.
2. "Si hago eso se enojarán conmigo".
Vivir pendiente de la mirada del otro (padre, pareja, amigo, hijo, jefe, vecino, la sociedad, la religión, el “qué dirán”...) es algo que suele pasar. El problema es la intensidad o la frecuencia con que esto interfiere en sus decisiones. Si se mantiene haciendo cosas que les agraden a los demás, viviendo según las expectativas del otro, está dejando en ellos el control de su vida. Es posible que sienta un malestar que lo acompaña como una sombra y ni siquiera haya registrado que la razón se esconde en vivir como quieren los demás.
Empiece por revisar cuántas cosas hace por usted y como a usted le gusta, cuánto tiempo invierte en usted, cuántas veces actúa según las reglas de los demás sólo para evitar críticas o discusiones, y cuántas otras se anima a hacer lo que siente, incluso si para ello necesita “patear el tablero”.
Vaya dando pequeños pasos. Tendrá que decir “no” algunas veces, y habrá resistencia del otro lado. No es cuestión de pelear sino de ser asertivo poniendo límites con firmeza. Pueden llegar a decirle que parece un desconocido. No se desanime. Sacudir la comodidad de hacer lo que otros quieren tiene un precio que merece ser pagado.
Empiece por revisar cuántas cosas hace por usted y como a usted le gusta, cuánto tiempo invierte en usted, cuántas veces actúa según las reglas de los demás sólo para evitar críticas o discusiones, y cuántas otras se anima a hacer lo que siente, incluso si para ello necesita “patear el tablero”.
Vaya dando pequeños pasos. Tendrá que decir “no” algunas veces, y habrá resistencia del otro lado. No es cuestión de pelear sino de ser asertivo poniendo límites con firmeza. Pueden llegar a decirle que parece un desconocido. No se desanime. Sacudir la comodidad de hacer lo que otros quieren tiene un precio que merece ser pagado.
3. "Esto no me gusta y aquello tampoco".
¿Vive quejándose todo el tiempo? Situaciones, personas, recuerdos, proyectos, hechos, eventos... todo le viene mal. Se lo dicen, y también se queja de eso. Se queja eternamente, sin cambiar nada de aquello que tanto lo afecta. Nadie puede hacerlo infeliz sin su consentimiento, dice una frase popular. Si los demás son fuente de malestar, si las cosas están mal hechas, si todos se equivocan y usted lo haría distinto y mejor... ¿qué espera?
Ahora quizá esté pensando “¡si tuviera que dedicarme a hacer todo lo que los demás hacen mal no me alcanzarían las horas del día!”. Precisamente ahí está el punto. No tiene que hacer todo lo que no hacen los demás, ni tiene que aceptar todo sin reflexionar, ni esperar que los otros obren de acuerdo a sus expectativas.
Como siempre, el primer paso debe darlo usted: se trata de mejorar su vida, no la de ellos. No es la situación, ni la persona, ni la historia ni el pasado lo que despierta su queja sino cómo elige ver todo esto y actuar en consecuencia. Si decide adueñarse de su problema tomará decisiones para enfrentarlo, hará pruebas, sugerirá cambios, invitará al diálogo, dará ideas, ofrecerá colaboración o simplemente se alejará de quienes lo hacen sentir mal. Si no, persistirá con el ceño fruncido y el malhumor permanentes y vivirá sin cambiar nada.
Ahora quizá esté pensando “¡si tuviera que dedicarme a hacer todo lo que los demás hacen mal no me alcanzarían las horas del día!”. Precisamente ahí está el punto. No tiene que hacer todo lo que no hacen los demás, ni tiene que aceptar todo sin reflexionar, ni esperar que los otros obren de acuerdo a sus expectativas.
Como siempre, el primer paso debe darlo usted: se trata de mejorar su vida, no la de ellos. No es la situación, ni la persona, ni la historia ni el pasado lo que despierta su queja sino cómo elige ver todo esto y actuar en consecuencia. Si decide adueñarse de su problema tomará decisiones para enfrentarlo, hará pruebas, sugerirá cambios, invitará al diálogo, dará ideas, ofrecerá colaboración o simplemente se alejará de quienes lo hacen sentir mal. Si no, persistirá con el ceño fruncido y el malhumor permanentes y vivirá sin cambiar nada.
4. “Es así porque yo lo digo, y punto”.
Otra frase popular que invita a la reflexión dice “¿Qué prefiere, ser feliz o tener razón?”. Si elige lo segundo no sólo le importa tener razón, sino que le den siempre la razón, porque con tenerla tampoco le alcanza. Muchos sostienen este pensamiento incluso cuando representa un riesgo para una relación o causa estrés o dolor tanto en la vida personal como social o laboral.
Cuando sienta la incontenible necesidad de iniciar una discusión dése un segundo y piense: “¿qué ganaré con esto?, ¿es más importante que mi relación?, ¿exijo tener la razón?, ¿qué diferencia habrá si lo dejo pasar?, ¿es realmente mi ego tan grande?”. Las respuestas le mostrarán el camino. Todos somos seres en construcción. Es probable que, a veces, realmente tenga razón. Pero si se reconoce como “Zapata, si no la la gana o la empata”, algo está fallando. Quien se equivoca también crece; cometer errores es señal de aprender y aceptarlo es parte de este proceso.
Cuando sienta la incontenible necesidad de iniciar una discusión dése un segundo y piense: “¿qué ganaré con esto?, ¿es más importante que mi relación?, ¿exijo tener la razón?, ¿qué diferencia habrá si lo dejo pasar?, ¿es realmente mi ego tan grande?”. Las respuestas le mostrarán el camino. Todos somos seres en construcción. Es probable que, a veces, realmente tenga razón. Pero si se reconoce como “Zapata, si no la la gana o la empata”, algo está fallando. Quien se equivoca también crece; cometer errores es señal de aprender y aceptarlo es parte de este proceso.
5. “Todo tiempo pasado fue mejor”.
Si esta premisa guía su vida, algo anda mal. Aunque esté atravesando una etapa de crisis, quizá sea mejor pensar “siempre que llovió, paró” o “no hay mal que dure cien años”. Cada uno de nosotros elige, sin darse cuenta, hacia dónde dirigir sus pensamientos. Los que viven en un calendario que ya caducó tienen que pellizcarse. ¿Pellizcarse? ¡Sí! ¡Bien fuerte! Para despertar y ver que el único momento en que se puede hacer algo es ahora. El pasado tan añorado también fue un presente que ignoraron.
Si quiere seguir repitiendo la historia como en el cuento de la buena pipa sólo debe seguir como está: suspirando por un buen recuerdo mientras pierde el presente como agua entre los dedos. Gastar su presente con un pasado que no tiene futuro también es una decisión.
Si quiere seguir repitiendo la historia como en el cuento de la buena pipa sólo debe seguir como está: suspirando por un buen recuerdo mientras pierde el presente como agua entre los dedos. Gastar su presente con un pasado que no tiene futuro también es una decisión.
"Vivir es lo más raro del mundo. La mayoría de las personas existe, eso es todo." Oscar Wilde |
Fuente:http://www.drcormillot.com/editoriales/2015/04/23/2125-5_señales_para_buscar_otra_salida.html
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