Julio César Neffa: "La centralidad del trabajo es tan grande que puede afectar a la salud"
El investigador del Conicet habla sobre su especialidad: el efecto del empleo en la vida de las personas
Por Paula Urien
Con un currículum que impresiona, el doctor Julio César Neffa sigue la línea francesa, sobre todo de Christophe Dejours, famoso titular de la cátedra Psicoanálisis-Salud-Trabajo en el Conservatoire National des Arts et Métiers de Francia. Neffa vivió en Francia durante varios años, donde obtuvo su doctorado en Ciencias Sociales del Trabajo expedido por la Universidad de París.
Como Dejours, cree profundamente en la centralidad del trabajo sobre la vida de las personas y es autor de numerosos libros sobre este tema. También es director de la carrera de Especialización en Gestión de las Relaciones de Trabajo de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), y director de las carreras de Especialización en Gestión de las Relaciones Laborales y de la maestría en Relaciones Laborales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, entre muchas otras actividades profesionales.-Después de escuchar dos veces a Christophe Dejours cuando vino de Francia para hablar sobre su tema, el trabajo, quedó claro lo central e importante que es para las personas.
-Ese es un debate muy grande. En la década del 70-80 hubo un rechazo de las personas a la división extrema del trabajo, al autoritarismo, a la forma de gestión de las empresas. Aparecían problemas de salud que no se tenían en cuenta y que ahora muchas veces tampoco. Me refiero a todo lo que tiene que ver con las actividades cognitivas psíquicas y mentales. Pero empezaron a aparecer en cantidad todos esos problemas. La solución era psicologizar, cuando el problema era la organización del trabajo.
-¿Qué se hizo entonces?
-Se empezó a estudiar, sobre todo quienes se dedican a la epidemiología, el impacto psíquico y mental del trabajo en la vida de las personas y cómo eso se somatiza. Hoy, los estudios más modernos muestran que la mayor parte de los infartos, accidentes cerebrovasculares, úlceras, trastornos gastrointestinales y depresión tienen su origen en un problema del tipo psíquico y mental. Hasta hace poco tiempo, cuando alguien tenía un infarto, se preguntaba sobre los padres, se buscaba una explicación genética, biológica y se dejaba de lado lo más importante del ser humano, que es la mente.
-¿Y ahora?
-Esto ha cambiado y el tema central es la pandemia que se origina en problemas psíquicos y mentales. Por supuesto que hay problemas que surgen de la vida doméstica o lo que fuera, pero la centralidad del trabajo es tan grande que el impacto que tiene sobre las personas afecta directamente a la salud a corto, mediano o largo plazo. Por ejemplo, si una persona tuvo un infarto, no se admitía que trabajó con tensión, o que estaba sobrecargado, o que había una relación tirante con su jefe o colegas. Estas cosas estaban ocultas.
- ¿Cuáles son los riesgos psicosociales en general?
- Hay que recordar que el trabajo no es patógeno. Son las malas condiciones lo que puede atentar contra la salud. La intensidad del trabajo, la carga horaria, el control de las emociones, los conflictos éticos y de valores, las relaciones sociales en el trabajo y las relaciones con la jerarquía, la autonomía y el control que tiene el trabajador entre otros factores pueden hacer que la competitividad de las empresas no sea sustentable.
-¿Qué papel cumplen las emociones en el trabajo?
-Los psicólogos durante mucho tiempo se dedicaron a las cuestiones cognitivas y las emociones parecían ser un rasgo de animalidad. Pero las emociones son muy importantes y en el trabajo nosotros podemos tener miedo quizá por el tipo de tarea que llevamos adelante (ser policía, por ejemplo), sin poder manifestarlo. En muchas profesiones hay que controlarse y hasta fingir (peajes, call centers), o mentir. Eso termina haciendo daño.
-¿Qué pasa después del retiro? En muchos casos las personas sufren enormemente.
-Es que el trabajo es tan central que cuando a alguien se le priva involuntariamente de la posibilidad de trabajar sufre. Si ha trabajado 20 o 30 años, y le falta el trabajo, pierde una parte de sí mismo, está privado de algo. El trabajo es un lugar donde la gente se realiza, donde puede ser creativa, donde siente que puede hacer cosas útiles para los demás. Quizá también hay una relación de solidaridad y cooperación con los colegas. Cuando esto se corta también hay un sufrimiento.
-¿Cómo puede evitarse?
-Si las personas después de la jubilación no hacen cosas útiles o algo vinculado con su trabajo envejecen más rápidamente y eso termina mal.
-Quizá no sea fácil encontrar el camino.
-¡Hay tantas cosas para hacer en este mundo! En Francia, donde viví, la mayor parte de los jubilados que hicieron cosas y pasaron por buenos procesos de aprendizaje finalmente son los que arman las ONG, las dirigen, las sostienen y dedican buena parte de su tiempo libre a ocuparse de los demás. El problema es que hay gente que después de 30 años de trabajo termina gastada y pierde la aptitud para seguir haciendo cosas. Pero cuando se encuentra un sentido a la vida a través del trabajo se quiere seguir haciendo lo mismo.
-¿Qué se sufre más en la Argentina?
-La incertidumbre con respecto a la continuidad del empleo. En este país hay un 7% de desempleados, 10% de subempleo, 33% de trabajo no registrado, y sumados los trabajadores precarios como monotributistas suman dos tercios de la Población Económicamente Activa (PEA). En Dinamarca hay un sistema interesante llamado flexiguridad: hay mucha libertad para contratar y despedir, pero la persona tiene un seguro de desempleo que cubre el 80% de lo que ganaba y un seguimiento personalizado para ayudarlo hasta que logra reinsertarse. Acá el seguro de desempleo son 400 pesos..
Fuente:http://www.lanacion.com.ar/1793628-julio-cesar-neffa-la-centralidad-del-trabajo-es-tan-grande-que-puede-afectar-a-la-salud
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