miércoles, 16 de julio de 2014

La obsesión golpea la puerta en busca de trabajo en la Oficina Publica Saludable

Patología

TOC TOC: cuando la obsesión golpea la puerta en busca de trabajo

Un millón de personas padece en el país algún tipo de Trastorno Obsesivo Compulsivo; cómo ayudar a desenvolverse en el mundo laboral a quienes tienen la llamada enfermedad silenciosa
Por   | LA NACION




"Me parece que dejé abierto el gas", piensa Malena desde su trabajo, a una hora de distancia desde su casa. Sale apurada, se toma el tren, el colectivo, llega a su casa, la llave de gas está cerrada. Vuelve al colectivo, al tren, al trabajo. Esto sucede casi todos los días, en los que sale apurada y vuelve apurada, sin almorzar. Malena la pasa pésimo, pero nadie lo sabe. El mal que la aqueja se llama Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y le dicen la enfermedad silenciosa.
Como en muchas ocasiones, el arte, en este caso escénico, se encarga de desmitificar y sacar a la luz aquello que estaba en las tinieblas. La obra TOC TOC, del francés Laurent Baffie, entrega al público nacional a través de sus más de 1000 funciones, una idea de lo que padecen quienes sufren un TOC y logra, a través del humor, descomprimir la tensión entre el medio y el enfermo. Tanto es así que el público sale del teatro pensando en cuál es su propio TOC, o quizá más de uno. Sin embargo, para los psiquiatras, un TOC es una obsesión, pero multiplicada por mil, hasta tal punto que se dedica más de una hora por día a ponerla en práctica, y si no se trata, puede impedir el desarrollo normal de las capacidades.
Algunos de los trastornos representados en la obra son: síndrome de Tourette (tics físicos y vocales); coprolalia (no se puede dejar de decir malas palabras, obscenidades o comentarios socialmente inapropiados); el ritual de verificar cientos de veces la misma cosa; la aritmomanía (obsesión en relación a las cifras); ecolalia (repetir lo que otra persona acaba de decir o una parte de la frase); nosofobia (miedo irracional ante la sola idea de contraer una enfermedad) y el orden y simetría (cuando algo fuera de lugar causa la máxima tensión).
Lavarse las manos sin parar, vestirse con una secuencia específica, ordenar, coleccionar, acumular, entrar o salir de lugares de una forma específica, repetir, son verbos que conocen bien quienes sufren el trastorno y que enumera el psiquiatra Matías Bonanni, en el marco del ciclo Diálogos con la comunidad, organizado por la fundación del Instituto de Neurociencias Aplicadas a la Clínica (INAC). Allí estuvo Mauricio Dayub, uno de los actores de la obra TOC TOC que se representa en el Multiteatro. Para Dayub, cuyo personaje padece el síndrome de Tourette, fue difícil componerlo, pero la clave se la brindó un taxista que dio toda una vuelta para subir a un taxi. Se trataba de un ritual que repetía ante todas las puertas. "No era Tourette, pero lo incorporé", dice.
Una de las dificultades para Dayub fue el temor a que la gente se sintiera burlada; sin embargo esto no sucedió. "Hay personas que me esperan en la puerta del teatro que me agradecen y que han venido muchas veces", explica el actor ante una audiencia repleta de profesionales de la salud mental, pero también de pacientes de TOC y sus familiares. "Creo que todos tenemos un TOC en mayor o en menor medida, me parece que es natural." A la salida del teatro, Dayub solía pedir disculpas por la cantidad de guarangadas que dice en escena con un "perdón, pero la letra no es mía". Sin embargo, el reconocimiento no fue sólo del público: ganó el Premio ACE al Mejor Actor de Comedia, terna en la que competía con Guillermo Francella y Alfredo Alcón.

De qué se trata

El TOC se caracteriza por las siguientes obsesiones y compulsiones, según define Andrés Roussos, investigador del Conicet:
  • Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan como intrusos e inapropiados, y causan ansiedad o malestar significativos.
  • No se reducen a simples preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida real: la persona intenta ignorarlos, suprimirlos o neutralizarlos mediante otros pensamientos o actos.
  • Reconoce que estos pensamientos, impulsos o imágenes obsesivos son el producto de su mente.
Por otro lado, las compulsiones son comportamientos repetitivos (por ejemplo, lavado de manos, puesta en orden de objetos, comprobaciones) o actos mentales (por ejemplo, rezar, contar o repetir palabras en silencio), que el individuo se ve obligado a realizar en respuesta a una obsesión. Provocan un malestar clínico, representan una pérdida de tiempo (suponen más de una hora al día) o interfieren marcadamente con la rutina diaria del individuo, sus relaciones laborales (o académicas) o su vida social.
"Los pacientes tardan unos 15 años en consultar, por lo que se pierde un tiempo valiosísimo en el tratamiento para que puedan llevar, en muchos casos, una vida normal", afirma Bonanni. Según el psiquiatra, la enfermedad aparece alrededor de los 20 años, pero un tercio de los pacientes tiene su primera manifestación cerca de los 10.

En la oficina

Tiene diferentes grados. Según Bonanni "hay personas que están dedicadas todo el día a su trastorno y no pueden trabajar. Pero hay otras que sí pueden insertarse laboralmente, sobre todo si el jefe es tolerante. Poner las enfermedades en un plano más normal ayuda a que no se tapen y se puedan tratar. Los humanos, en algún momento hacemos cosas locas que nos calman la ansiedad, pero que son desaprobadas socialmente".
"No es posible decir que determinado tipo de puesto o que los puestos más expuestos a determinado tipo de riesgo son más susceptibles a desarrollar un TOC o una depresión que otros", dice Patricio Nusshold, docente de la Facultad de Psicología de la UBA y de la UTN, "aunque claramente podemos decir que determinado tipo de puesto se encuentra más expuesto al desarrollo de un cuadro psicopatológico que otro. Es un tema complejo y tabú en la Argentina porque no hay ninguna enfermedad mental en el listado de enfermedades profesionales. Estamos muy atrasados respecto de reconocer la relación entre trabajo y enfermedad mental". "Los jefes deben conocer las características de las personas a su cargo y actuar en consecuencia para lograr lo mejor de ellas". finaliza Roussos.

Un ídolo y una historia de superación

Tim Howard
Arquero de Estados unidos
No sólo fue estrella durante este Mundial por la calidad y cantidad de atajadas, ya que protagonizó 16 atajadas durante el partido de octavos de final contra Bélgica, sino que logró convivir con el síndrome de Tourette (pestañeos, tics, aclaramiento de la garganta) sin avergonzarse, confusosino al contrario hablando con franqueza de lo que le pasa. Este TOC en particular disminuye cuando la persona está altamente concentrada. Howard, entonces, representa el se puede y más allá, se puede llegar a ser exitoso. A su regreso a Estados Unidos, el presidente Barack Obama lo llamó a la Casa Blanca para felicitarlo especialmente.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1709577-toc-toc-cuando-la-obsesion-golpea-la-puerta-en-busca-de-trabajo


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